tempo / tempi
Tendríamos que dejar
al tiempo hacer lo suyo.
Tiempo
al-con el
tiempo.
Llueve.
Veo la música,
crea dientes de sierra
cíclicos.
▼ Alicia G.
¿a quién?
23 / febrero / 2013
Ahora tengo 31 años, trabajo más que en otros tiempos
y soy, más que nunca, la becaria
de la redacción with honours de colaboradora
o entendida de algo que no entiendo, sólo siento.
Ahora tengo 31 años; y medio,
que es algo más, que es casi 32,
que soy casi yo dilucidando qué puedo
ser yo, qué puede ser de mí, qué puedo
hacer conmigo.
Qué quiero hacer conmigo.
Como si abriera un libro conocido
la historia se repite y hace círculos,
marea en el vaivén que imprime
en la embestida.
¿A quién le escribo
sino a quien no conozco?
Ésa eres tú, mírate, eterna extraña
entre papeles y sentimientos
que sólo por poesía
-por esteta- fueron tuyos.
No conozco a la de 31,
no sé quién fue a los 22.
Ella, la extranjera, se reencuentra
con los 12 de aquí a un día,
no sé qué puede ser de ella,
la chiquilla, la miope,
tanta carga congénita...
No cambiaría los 31 por los15,
ni por los 18, algo ha crecido,
sabe del miedo de lo que fue
ser.
La chiquilla, a su madre, en un quejido
regresivo, casi infantil, ante el reflejo:
-Cuántas cicatrices...
Mientras, las dos que son,
se miran al espejo,
dos Alicias a través.
-Te hacen más alta,
responde yéndose,
y emite al tiempo que lo dice
una sonrisa con los ojos.
▼Alicia G.
la duda nunca dice nada...
En la sección de cultura contemporánea local que realizo para la emisora Onda Cero de Elche la cosa va de "vecinos" en los últimos tiempos -si escuchan la sección que les incluyo a continuación entenderán un poco más a qué me refiero en este caso concreto-, y lo digo también porque la banda de indie folk La Familia del Árbol, de la que hablé en la edición del mes pasado, es gente de(l) barrio.
En la de este mes de febrero le toca el turno al realizador ilicitano Chema García Ibarra (1980).
Como acaba de decir Leonor Díaz -coproductora y directora de arte de la mayoría de sus trabajos- en una red social al colgar esta misma sección: ¡viva el barrio!
"La Columna de Alicia G. Chema García Ibarra. La duda nunca dice nada y siempre lleva razón":
Aquí el canal de Vimeo de Chema donde se puede ver la mayoría de sus trabajos.
Y para que comprueben con sus propios ojos de qué les hablo, alguno de los vídeos realizados para para Klaus & Kinski; el de la canción que suena en el espacio radiofónico, "Ojo por diente":
Klaus&Kinski - Ojo por diente from Chema García Ibarra on Vimeo.
-Y esa pista de squash es toda mi infancia, todos mis miedos y muchas victorias, pese a todo lo que perdí-.
O, por "alusiones", "Ley y Moral":
Klaus&kinski - Ley y Moral from Chema García Ibarra on Vimeo.
Parte del texto de la Columna:
"Verdaderos trabajos de artesanía audiovisual que, como es prácticamente el sello de la casa, combinan con inteligencia 'costumbrismo con sentido del humor' -palabras de Chema- y te hacen soltar una mueca de ternura que se transforma en sonrisa -esto lo digo yo-. E ironía, mucha ironía con conceptos con arraigo y sabor a Spanish way.
Otra de las señas de identidad de Chema García es la de incluir conceptos aparentemente muy opuestos, y comprobar cuáles son las reacciones que producen al unirlos, por ejemplo: trabajar en el campo de la ciencia ficción en un escenario de una ciudad de provincias, ¿qué ciudad es?
Recursos visuales poéticos pese a lo supuestamente provinciano de escenarios y protagonistas y con ese punto muy familiar pero fantástico que nos gusta tanto".
::::::::
Y recitar como si fuese un texto teatralizado las canciones de Klaus & Kinski, qué bien (de la canción "Ojo por diente"):
"Aunque gestes en tu vientre al hijo de Satán, te querría igual.
Aunque no me digas siempre la verdad,
la verdad es que yo no digo siempre la verdad".
.
▼ Alicia G.
si el sol no calienta
18 / febrero / 2013
Si llega el frío
¿qué haré con él
aparte de escribir
y describirlo?
▼ Alicia G.
La fotografía es de Vanessa Magín.
pegasunicornius, en realidad
jueves 7 / febrero / 2013
También los hay desgarbados, y pequeños, con las patitas cortas.
Pero tienen alas, igualmente.
Estos son los pegasunicornius.
Fotografía: Álex Bohe.
:::::::::::::::::::::
pegasunicurnius, en realidad
En realidad no es el cuerpo,
es la música que oyes cuando la ves.
En tus recuerdos va a cámara lenta,
aunque en algunos puntos casi vuele,
se le vuele la ropa del impulso
que toma para correr
a través de los sueños
y hacerse el hueco
necesario
donde descansan
los pequeños salvajes
al caer la noche
cuando la dejan caer,
o
al entrar el día
si es que acaso
lo dejan entrar
-les gusta rebelarse contra eso
y algunas otras cosas-.
En realidad no es el cuerpo,
o la ropa, o la ausencia de ropa,
que sea bella, que tenga prisa
y te guste verla moverse
como un animal salvaje.
es la música que oyes cuando la ves.
En tus recuerdos va a cámara lenta,
aunque en algunos puntos casi vuele,
se le vuele la ropa del impulso
que toma para correr
a través de los sueños
y hacerse el hueco
necesario
donde descansan
los pequeños salvajes
al caer la noche
cuando la dejan caer,
o
al entrar el día
si es que acaso
lo dejan entrar
-les gusta rebelarse contra eso
y algunas otras cosas-.
En realidad no es el cuerpo,
o la ropa, o la ausencia de ropa,
que sea bella, que tenga prisa
y te guste verla moverse
como un animal salvaje.
En realidad no es el cuerpo,
es la música que oyes si
la sueñas
o
la imaginas.
es la música que oyes si
la sueñas
o
la imaginas.
Lo que no deja
de ser lo mismo.
de ser lo mismo.
No es la poesía,
es la palabra
con la que carga
aunque no quiera.
es la palabra
con la que carga
aunque no quiera.
Un arma.
Puede
que sea lo mismo.
Puede.
que sea lo mismo.
Puede.
▼ Alicia G.
::::
Y así, con un trikini de Yves Saint Laurent del que no recuerdo el nombre -que lo tiene-. En una escalera de un edificio modernista, de otro de las mismas características pero en ruinas, de un hotel o de un porche -o porchá- de una urbanización cercana a la ciudad de Elche. Con bi o trikini, lo que nos dé la gana, porque somos dueñas de una vasta extensión de tierra aquí mismo, en ésta
nuestra cabeza. O de una humilde finca con tres bancales, uno de ellos de césped, para tirarnos y que nos pique todo el cuerpo después.
Tengo uñas para salvarnos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)