Reseña sobre el libro Pasión, de Brane Mozetic, aparecida esta semana en Le Cool Madrid:
La irreverente poesía de los cuerpos
El baile, “las luces estroboscópicas, el tan tan de la música”, las ausencias, el placer instantáneo y la exploración del yo en un recorrido constante de cuerpos ajenos. La vida contada con la búsqueda incesante. El sexo -entre hombres y en este caso en concreto- como medida de conocimiento. El amor que encuentras en cada embestida. El sexo, el sexo. La poesía de los cuerpos: “Uno apenas es más que un cuerpo -trato de recordar tus facciones, tu voz, tus palabras, he probado ya todos los cuerpos, pero sin éxito-. Si no, volveré, y entiéndeme: ya no puedo retener nada, todo se hunde en cuanto lo suelto de las manos”. La poesía desde la que llega Brane Mozetic (poeta y narrador esloveno) está impresa en cada párrafo de esta colección de relatos que forma Pasión, una nueva edición que reseñamos de la Editorial Dos Bigotes. La portada, de nuevo, la borda Raúl Lázaro, como todo el diseño de la colección. Esta guía del perfecto amante encontrado, perdido en sí mismo, se publicó en 1993. A día de hoy y ya traducida al español gracias a estos dos editores madrileños: no pierde actualidad alguna. Podría estar pasando en cualquier club, en cualquier piso de cualquier barrio de esta ciudad, además de en Liubliana (capital del país, donde reside Brane). “El sexo y el amor son siempre dolorosos”, decía él en una entrevista reciente. Su prosa es incisiva, nos duele gustándonos. El que es el director del Center For Slovenian Literature es uno de los poetas mejor considerados de la literatura europea, además de defensor acérrimo de los derechos del colectivo LGTBI. Su prosa nos deja tan K.O. como el buen sexo.
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