Fotografía: Álex Bohe.
A N.
Hoy he tenido un sueño. No era de noche.
Era mañana.
Entre las 7.30 y las 10am
-coordenadas exactas-.
No te esperaba. Nada
de encuentros a deshoras
con la guardia bajada,
es una máxima que tengo.
Te veo frente a mí,
no sé cómo has llegado,
no me hace falta, no quiero;
mezclo sorpresa, incredulidad
y sin tiempo a más una sonrisa.
Vamos directas
la una hacia la otra por los ojos
sin palabras, derramándonos,
lo hacemos al unísono.
Abalanzadas a un extremo
del contacto y sin pensar.
El abrazo eterno se produce.
Se me queda tatuado en una parte
imperceptible del cerebro.
Hemisferio derecho, dicen,
yo no sé mucho.
Cualquier medida temporal es detenida
y si la hubiera sería fraccionada.
No habrá modo de encontrarlo
cuando haya que extirpar.
:::
Y ahora llega la eleccíón,
seas quien seas:
Opción A) -a final-:
A todo esto:
prefiero no decírtelo, no contarte el sueño
-porque fue un sueño, me lo repito-,
lo habrás sentido.
Opción B) -a final-:
Prefiero no decírtelo, no contarte lo estúpido,
lo básico del hecho que no ha sido, tan primario
y químico: justo en ese momento
comenzaba a desangrarme.
-No- sé bien qué has hecho
para que una charlatana como yo
no hable -too much talkative-.
Sólo escribo.
:::
Alicia G.
Hoy he tenido un sueño.
No sé si era
una pesadilla
por la necesidad que me dejó.
Pero anochece.
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