Necesito una señal,
un sueño a perseguir.
No entiendo de números,
no apostaré a la lotería.
No me haré rica
a costa del dolor ajeno.
Cuento por sueños
los días que me quedan.
No sé muy bien dónde me encuentro,
sólo sé que sigo viva.
Emociónate, Alicia,
es lo mucho que te queda.
Vuelvo a casa
y lo único bueno de todo ello
es precisamente eso,
que vuelvo a casa.
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